Este curso de mixología fue un reto en todos los sentidos. La idea de celebrar el Día del Amor y la Amistad con un taller de coctelería me llevó a enfrentar un desafío interesante: crear una lista de cócteles perfectos para una velada romántica y, al mismo tiempo, prepararlos en vivo para los asistentes.
Desde el inicio, tenía clara la intención de mostrar tres estilos diferentes de coctelería, pero aterrizar todas las ideas que surgían en mi cabeza fue un proceso largo. Inspirarme, descartar opciones y finalmente hacer pruebas fue todo un viaje creativo. Sin embargo, el resultado fue fascinante: tres cócteles listos para deleitar a los participantes en una noche especial.
El ambiente perfecto para celebrar el amor
Llegó el gran día, y mientras hacía los últimos preparativos, noté algo que hizo que todo valiera la pena: el ambiente era increíble. Desde antes de comenzar el taller, los asistentes ya estaban conectando entre sí, compartiendo anécdotas románticas y disfrutando del momento. Las risas no faltaron y, sin duda, todos estábamos en sintonía para vivir una experiencia única.
Uno de los momentos más memorables de la noche fue cuando una pareja, con casi 30 años de matrimonio, compartió sus consejos para mantener una relación viva y próspera. Entre todo lo que dijeron, hubo tres puntos que resonaron profundamente con todos nosotros:
Comunicación: La base de cualquier relación sólida. Sin ella, es difícil construir confianza y resolver conflictos de manera saludable.
Encontrar a la persona que te complemente: No alguien perfecto, sino alguien con quien te sientas completo, que te apoye en los días buenos y malos.
¡Buen sexo! Así, sin rodeos. La mujer de la pareja lo dijo con total seguridad, y su sinceridad provocó risas y asentimientos de aprobación en la sala.


Un brindis por nuevas experiencias
La noche fue, sin duda, especial. Más que un simple taller de coctelería fue una oportunidad para compartir, conectar y celebrar el amor en todas sus formas. Me queda solo agradecer a todos los que asistieron por hacer de esta experiencia algo inolvidable.
Y para quienes no pudieron venir, los invito a atreverse a vivir nuevas experiencias. A veces, las mejores historias comienzan con un brindis y una conversación sincera.
¡Salud!